El mundo ante el riesgo de epidemias superpuestas

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido esfuerzos globales para evitar que la viruela del mono se convierta en una pandemia como el Covid-19. El preocupante desarrollo de esta enfermedad, junto con el resurgimiento del nuevo coronavirus, están señalando desafíos que no pueden tomarse a la ligera y requieren una mayor conciencia y una pronta respuesta por parte de la comunidad internacional.

La viruela del mono puede causar lesiones en la piel. (Fotografía: Getty Images/VNA)
La viruela del mono puede causar lesiones en la piel. (Fotografía: Getty Images/VNA)

En los últimos días, los complicados desarrollos de la viruela símica han arrojado un color gris en el panorama de la salud mundial. La oficina europea de la OMS advirtió que las muertes por la enfermedad aumentarán, tras registrar las primeras víctimas fatales en África. Señaló que la mayoría de los casos desaparecen por sí solos sin tratamiento, pero la enfermedad aún puede causar complicaciones graves. Los síntomas comunes en pacientes hospitalizados son dolor, infección secundaria y, en casos raros, complicaciones potencialmente mortales, como encefalitis.

En lo que va del presente año, en el mundo se han registrado más de 18 mil casos de viruela del simio en un total de 78 países, la mayoría en Europa. De hecho, el número de infecciones podría ser mucho mayor debido a la capacidad limitada de algunos países para realizar pruebas de detección de la enfermedad.

En Estados Unidos, un "punto caliente" para la viruela del simio, algunas ciudades como Nueva York y San Francisco declararon el estado de emergencia. Varios países han reforzado el rastreo de contactos y han recomendado la vacunación para personas susceptibles.

Si bien la pandemia de Covid-19 aún existe, la OMS considera que la viruela del simio es una gran amenaza para la salud pública y debe detenerse lo antes posible. Las lecciones que el mundo ha aprendido del Covid-19 deben aplicarse para responder rápidamente a la viruela del simio antes de que la enfermedad se propague a gran escala.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró que se puede poner fin al brote de viruela símica si los países, las comunidades y las personas son conscientes de los riesgos y actúan con prontitud para detener la propagación del mal y protegen de manera activa a los grupos vulnerables.

Al igual que la pandemia del Covid-19, la clave para que el mundo supere la viruela del mono es la solidaridad y el compartir. Según el jefe de la OMS, aunque la mayoría de los contagios se producen en una determinada comunidad, cualquier persona está en riesgo de contraer la enfermedad. El estigma, la discriminación y la difusión de información errónea en los medios de comunicación son tan peligrosos como cualquier virus, lo que dificulta aún más el control de este padecimiento. También advirtió sobre la continua escasez de vacunas contra la viruela símica en África, donde más personas han perdido la vida a causa de la enfermedad.

De acuerdo con la OMS, alrededor de 16 millones de dosis de vacunas autorizadas están disponibles en todo el mundo, pero todas están empaquetadas en grandes lotes y tardarán varios meses en descomponerse en viales. Este organismo también instó a los países que están almacenando vacunas a compartir con otros mientras los suministros son limitados.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en África pidieron dar prioridad al continente a la hora de recibir las vacunas, alegando que se está quedando atrás. Más que nunca, la lección de compartir vacunas debe traducirse en acciones concretas en respuesta a la viruela del simio.

Mientras tanto, la pandemia del Covid-19 tiende a complicarse de nuevo con un aumento significativo del número de nuevos casos en muchos países como Australia, Malasia y Nueva Zelanda, empujando al mundo al riesgo de superposición de epidemias. Los científicos advirtieron recientemente que los países del hemisferio norte enfrentarán más oleadas del nuevo coronavirus al entrar en el tercer invierno desde el estallido de la pandemia.

El mundo ha luchado contra el Covid-19 durante casi tres años, y las lecciones aprendidas de esta pandemia son una base importante para responder de manera efectiva a otras crisis de salud en el presente y el futuro.