Gran desafío para el nuevo presidente de Sri Lanka

En su discurso luego de ser elegido presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe admitió que el país enfrenta grandes desafíos y enfatizó que consolidar la solidaridad es una tarea urgente y la clave para sacar a la isla de la terrible crisis política y económica.

Ranil Wickremesinghe, nuevo presidente de Sri Lanka. (Fotografía: Reuters)
Ranil Wickremesinghe, nuevo presidente de Sri Lanka. (Fotografía: Reuters)

En una votación sin precedentes, el Parlamento de 225 miembros de Sri Lanka eligió el 20 de julio al reemplazante de Gotabaya Rajapaksa, quien renunció la semana pasada. Político experimentado, Wickremesinghe, quien se desempeñó como primer ministro de la nación insular seis veces, se convirtió en presidente interino según las disposiciones de la Constitución. El nuevo mandatario asumirá el cargo por el resto del mandato de su precursor, hasta noviembre de 2024.

La tarea inmediata del nuevo presidente se considera muy pesada y complicada, pues debe resolver simultáneamente muchos problemas económicos y políticos. El país necesitará unos cinco mil millones de dólares en los próximos seis meses para cubrir las necesidades esenciales de sus 22 millones de habitantes, quienes padecen desde hace meses de escasez de alimentos, medicinas, combustible y cortes de electricidad.

Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), casi cinco millones de personas -el 22 por ciento de la población de Sri Lanka- necesitan ayuda alimentaria. En los 12 meses hasta junio de 2022, la inflación de alimentos en este país del Océano Índico superó el 80 por ciento.

El gobernador del banco central de Sri Lanka informó que probablemente la economía nacional se contraiga en más de seis por ciento en 2022 debido a las inestabilidades políticas y sociales. En abril de 2022, por primera vez en la historia, el Gobierno esrilanqués anunció que no podía pagar su deuda externa (51 mil millones de dólares).

Dos días antes de ser elegido presidente, Wickremesinghe anunció que las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) estaban llegando a su fin, mientras las relativas a ayuda exterior han progresado. Esto se considera un paso importante en los esfuerzos por reactivar la economía de la nación isleña, porque desde la declaración de "incumplimiento de deuda", Sri Lanka se ha visto obligada a negociar un paquete de rescate de emergencia como una economía en bancarrota, en lugar de un país en desarrollo como antes.

“El FMI está profundamente preocupado por el impacto de la crisis en Sri Lanka sobre sus ciudadanos, especialmente los pobres y vulnerables”, dijo el portavoz de esta institución financiera. El FMI espera que esta nación resuelva pronto la situación para que puedan reanudarse las negociaciones sobre el programa de ayuda.

Sin embargo, los expertos advierten que cualquier apoyo del FMI o de los socios de Sri Lanka será bajo condiciones estrictas para garantizar que las asistencias se gestionen de manera efectiva.

El Gobierno esrilanqués también está tratando de rescatar la economía mediante la reducción de los precios del petróleo, gasolina y electricidad, y la reanudación del transporte de combustible desde el exterior.

La tarea más importante del presidente Wickremesinghe es restaurar la confianza de la gente en el Gobierno para resolver la peor crisis económica y política desde la independencia en 1948.

La Oficina Presidencial de Sri Lanka anunció que el nuevo gobernante trabajará con la oposición para encontrar medidas destinadas a resolver los desafíos que enfrenta el país.

En un mensaje para enfatizar el compromiso del Gobierno de desarrollar una nueva estrategia capaz de satisfacer las aspiraciones del pueblo, Wickremesinghe dijo que la solidaridad será la fuerza impulsora para ayudar a la nación a superar las actuales turbulencias.