Fortalecer la posición de Estados Unidos en Medio Oriente

En su primer viaje a Medio Oriente desde que asumió el cargo, el presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Joe Biden, visitará Israel y Cisjordania antes de llegar a Arabia Saudita. Se espera que el periplo contribuya a solventar la escasez de energía en EE.UU., animar las relaciones entre Washington y Riad y reafirmar la posición del país norteamericano en la región.

El presidente de EE.UU., Joe Biden (derecha), se reúne con el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, en la Casa Blanca, el 27 de agosto de 2021. (Fotografía: AFP/VNA)
El presidente de EE.UU., Joe Biden (derecha), se reúne con el primer ministro de Israel, Naftali Bennett, en la Casa Blanca, el 27 de agosto de 2021. (Fotografía: AFP/VNA)

Según un comunicado de la Casa Blanca, en Israel, la primera escala en esa gira, que comenzará hoy el 13 de julio, Biden hará énfasis en el compromiso inquebrantable de EE.UU. hacia la seguridad, la prosperidad y la integración del país judío en Medio Oriente. Luego viajará a Cisjordania para sostener un cara a cara con la Autoridad Palestina, lo que ratificará su fuerte apoyo a la solución de dos Estados y los esfuerzos por abrir oportunidades a los palestinos.

El hecho de que Arabia Saudita sea la última parada del mandatario estadounidense ha acaparado una especial atención del público internacional, pues las relaciones binacionales se ven convulsionadas por desacuerdos en los últimos años. Durante su estancia, Biden asistirá a la Cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC, en inglés).

En comentarios citados por el Washington Post en un artículo hecho público justo antes del viaje, Biden resaltó que esa visita abrirá un nuevo y promisorio capítulo en la política de EE.UU. hacia Medio Oriente y que, al mismo tiempo, promoverá los importantes intereses nacionales en la región. Expertos igualmente opinaron que con abundantes recursos petroleros y la mayor demanda de bienes de consumo en el mundo, el Medio Oriente jugará en las próximas décadas un papel crucial tanto para la economía del país norteamericano como para la global.

De hecho, los nexos entre EE.UU. y Arabia Saudita no han estado bien encarrilados por las desavenencias referentes al asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018. En su artículo ‘Por qué voy a Arabia Saudita’, publicado en el Washington Post, el inquilino de la Casa Blanca admitió que mucha gente no aprueba su viaje al país árabe, pero aseveró que ese reino de Oriente Próximo es un socio estratégico de EE.UU. y tiene una tremenda influencia para los intereses estratégicos de Washington.

La gira ocurre cuando EE.UU. encara enormes desafíos ocasionados por la escalada de los precios de la energía, en particular después del estallido de las hostilidades en Ucrania, que interrumpe los suministros energéticos mundiales. La presión inflacionaria ha obligado a la Reserva Federal de EE.UU. a aumentar drásticamente la tasa de interés de referencia, lo cual provoca preocupaciones de que la potencia mundial caiga en recesión.

Reducir los precios de la energía es presuntamente una clave a la reactivación de la economía estadounidense. En tanto, Arabia Saudita es el principal exportador de petróleo crudo en el mundo y un miembro importante de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y el GCC.

Analistas consideran que la visita podría ayudar a disipar la niebla que ha cubierto las relaciones bilaterales y asimismo ganar el favor de Riad a la hora de persuadir a otros países petroleros a incrementar su producción. Esto enfriará la “fiebre” de los precios de combustibles y la inflación en EE.UU.

Tal perspectiva significará aún más considerando que Biden necesita sumar puntos en vísperas de las elecciones legislativas de mitad de término, programadas para noviembre. El gobernante anunció reunirse con líderes de Arabia Saudita para debatir cómo fortalecer la asociación estratégica basada en intereses y responsabilidades compartidas, a la vez que garantizar la adhesión a los valores básicos de EE.UU. Destacó, además, la importancia del suministro energético de Medio Oriente en la actual coyuntura.

Otro foco del viaje consiste en tratar de reconciliar los complejos nexos entre los países de la región, incluidos los de Israel-Arabia Saudita. Biden dijo que sería el primer presidente de EE.UU. en volar directamente desde Israel a Yeda. Espera que el vuelo sea un símbolo del proceso de normalización de las relaciones entre Israel y la comunidad árabe, en el cual EE.UU. desempeña un rol clave.

Según expertos, la gira del presidente estadounidense a Medio Oriente es un paso necesario, ya que reafirma los compromisos de Washington con sus aliados y demuestra la determinación de reforzar su posición en la región.