UE busca una voz común en la nueva sanción contra Rusia

El enfoque del borrador de las nuevas sanciones contra Moscú que las autoridades de la Unión Europea (UE) está debatiendo es el embargo al petróleo ruso. Sin embargo, los Veintisiete todavía no ha encontrado una voz común para aprobar este sexto paquete de sanciones, debido a la diferencia de nivel de autonomía energética de cada miembro.

Gasoducto de Rusia a Europa (Foto: AFP/VNA)
Gasoducto de Rusia a Europa (Foto: AFP/VNA)

Al contrario de la decisión de dejar de utilizar carbón de Rusia, aprobada rápidamente por la UE en abril, la nueva sanción contra la industria petrolera de este país no es fácil de imponer.

En 2021, la UE importó carbón de Rusia por un valor de cinco mil millones de euros, pero tuvo que gastar 71 mil millones de euros para comprar el petróleo del país euroasiático. La prohibición de comprar petróleo será un golpe fuerte para Rusia. Sin embargo, los miembros de la UE no pueden acelerar la aprobación de esa decisión debido a su dependencia energética de Rusia.

Antes de la conferencia celebrada el 4 de mayo entre los embajadores permanentes de los países de la UE sobre la sexta sanción contra Rusia, algunas fuentes diplomáticas revelaron que el bloque estaba dividido sobre un plan para prohibir las importaciones de petróleo de Rusia.

Se prevé que el embargo se implemente en un plazo de seis a ocho meses. Hungría y Eslovaquia, que dependen casi 100 por ciento del suministro ruso de petróleo crudo, lo impondrán varios meses más tarde que los demás miembros del bloque. Mientras, Polonia anunció su disposición a independizarse completamente del petróleo ruso y ayudará a otros países a cortar el suministro de combustibles fósiles de Rusia. Varsovia ha instado a la UE a fijar una fecha específica en la que los estados miembros deben dejar de importar petróleo ruso y mostró su esperanza de que la prohibición entre en vigor antes de finales de 2022. Alemania también ratificó su apoyo a la sanción e informó que Berlín ha avanzado en sus esfuerzos por reducir la dependencia de la energía rusa. Los suministros de Rusia representan solo un 12 por ciento de las importaciones de petróleo crudo de Alemania.

Mientras, Eslovaquia estimó que se necesita una gran presupuesto para implementar la prohibición en varios años. Las refinerías eslovacas están diseñadas para procesar solo petróleo de Rusia, y si se imponen sanciones, tendrá que modificar o reemplazar casi por completo el sistema para adquirir petróleo de otro proveedor.

Por su parte, Hungría informó que actualmente no tiene otra opción y que tendría que gastar mucho dinero en combustible si prescinde del de Rusia. Según algunas fuentes, Bulgaria y la República Checa podrían buscar otras maneras para evadir las sanciones a la industria petrolera de Rusia.

Mientras la UE se esfuerza por ponerse de acuerdo sobre una sanción contra la industria petrolera rusa, aparecen numerosas advertencias sobre el riesgo del aumento de los precios de la energía mundial en los medios de comunicación, incluidos los de los miembros de la UE.

De acuerdo con los resultados de un sondeo realizado por el Banco de Crédito para la Reconstrucción de Alemania, publicado el 3 de marzo, la mitad de los municipios alemanes enfrentan dificultades relacionadas con los precios de la energía.

El primer ministro de Italia, Mario Draghi, pidió a la UE tomar acciones para solucionar el aumento de los precios de la energía y subrayó que el bloque debe tomar medidas estructurales. El jefe de gobierno italiano incluso dijo que los países europeos están en el torbellino de una crisis multidimensional que incluye seguridad, asuntos humanitarios, energía y economía.

Polonia ha recibido apoyo de Alemania, mientras Grecia ha ayudado a Bulgaria después de que Gazprom, la compañía rusa de energía, suspendiera el suministro de gas la semana pasada, alegando que esos dos países no pagaron los contratos en rublos, como había pedido Rusia. Sin embargo, los planes de apoyo solo se consideran una medida temporal. La UE debe adoptar medidas sistemáticas a largo plazo para reducir la dependencia del bloque de energía de Rusia, puesto que el 30 por ciento del petróleo que consume todavía se importa de Rusia.