Desafíos al reelecto presidente de Francia

Emmanuel Macron se repite en la presidencia de Francia. Sin embargo, es bastante confuso que los votantes de este país no parecen apoyar mucho al partido gobernante en las próximas elecciones legislativas. Esto supone una situación incómoda para el inquilino del Palacio del Elíseo.

El presidente francés, Emmanuel Macron. (Foto: AFP/VNA)
El presidente francés, Emmanuel Macron. (Foto: AFP/VNA)

El presidente del Consejo Constitucional francés, Laurent Fabius, confirmó los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas del 24 de abril, en las que el presidente saliente, Emmanuel Macron, ganó con el 58,6 por ciento de los votos, frente al 41,4 por ciento de su rival, Marine Le Pen.

Esta es la primera vez en 20 años que un presidente de Francia cumplirá dos mandatos consecutivos. Los resultados de las elecciones muestran la confianza del pueblo francés en Macron y su renuencia a confiar sus destinos a la ultraderechista Marine Le Pen. Anunciados los resultados de las elecciones, los líderes de muchos países del mundo, especialmente los miembros de la Unión Europea, enviaron felicitaciones a Francia y a Macron, quien los ha acompañado durante los últimos cinco años.

A pesar de apoyar a Macron para otro mandato de cinco años, parece que los votantes franceses no quieren que el partido del gobernante, el Republicano Progresista (LREM), alcance la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional en las elecciones parlamentarias bicamerales, programadas para los días 12 y 19 de junio.

Lo extraño y difícil de explicar es que, según una encuesta electoral, hasta el 61 por ciento de los franceses apoya a la oposición. Este porcentaje se eleva al 69 por ciento entre los votantes de la clase trabajadora y a aproximadamente el 90 por ciento entre los votantes de extrema derecha y extrema izquierda.

En caso de que LREM y su Partido del Movimiento Demócrata no obtengan la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional francesa, Macron se verá obligado a buscar alianzas con otros partidos políticos. Esto pondría al presidente en una posición difícil para cumplir sus promesas de campaña de impulsar reformas y aumentar la edad de jubilación.

Las promesas de Macron de mejorar el poder adquisitivo de las familias fueron apreciadas por los votantes en medio del aumento continuo de los precios de las materias primas y los combustibles y un panorama económico sombrío.

Según una encuesta de Ipsos Sopra-Steria, el 51 por ciento de las personas considera que este es criterio prioritario para elegir un presidente, seguido de la reforma del sistema de salud (32 por ciento), la mejora del medio ambiente (30 por ciento) y la gestión de la inmigración (29 por ciento). La debilidad del poder adquisitivo es uno de los indicadores que muestra de la ampliación de la brecha en los niveles de vida entre las zonas rurales y urbanas y entre los pobres y los ricos.

Otro difícil desafío para Macron son los problemas climáticos y ambientales, un tema que ha ganado la atención especial de todas las clases de la sociedad francesa, especialmente de los jóvenes. La tarea se torna aún más pesada ya que tanto Francia como Europa quieren reducir su dependencia de la energía rusa.

El presidente francés afirmó que encargará al próximo primer ministro de la planificación ecológica porque tal tarea abarca todos los campos, regiones y proyectos de inversión. Su determinación se refleja en el plan de crear un Ministerio de Planificación Energética, para poner a Francia en el camino de reducir el consumo de gas, petróleo y carbón.

Sin embargo, para tener una plataforma de apoyo a la idea, Macron tendrá que convencer al Senado para que apruebe la Ley del Clima. El proyecto permitirá a Francia reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40 por ciento para 2030.

En particular, también crea condiciones para la implementación del plan Francia 2030, anunciado por Macron en 2021 y cuyo núcleo son los programas económicos y tecnológicos verdes que cubren todas las áreas de la vida.

Además, Macron adoptó una postura más dura y se comprometió a crear 200 nuevas unidades de gendarmería para garantizar la seguridad nacional, fortalecer la capacidad de gestión de la inmigración, modificar las regulaciones consulares y endurecer las condiciones para la emisión de tarjetas de residencia.

Mucho trabajo espera al gobernante en los próximos cinco años. La comunidad internacional confía en que su mandato sea apacible, que contribuya a la estabilidad interna, al desarrollo económico y al fortalecimiento de la posición internacional de Francia.