Desafíos pendientes para el reelecto presidente de Francia

Según el reporte definitivo del Ministerio del Interior de Francia, Emmanuel Macron fue reelegido como presidente con el 58,5 por ciento de los votos frente al 41,5 por ciento de Marine Le Pen. La victoria es suya, pero tiene muchos desafíos por delante.

El reelegido presidente de Francia, Emmanuel Macron.
El reelegido presidente de Francia, Emmanuel Macron.

A diferencia de la abrumadora confianza de los partidarios de Emmanuel Macron en las elecciones de 2017, el temor a la posibilidad de un terremoto "Marine Le Pen" se prolongó hasta el anuncio de los resultados preliminares a las 20 horas de la segunda vuelta electoral, el 20 de abril. La razón es que la candidata de extrema derecha mantuvo un impulso ascendente en medio la inestabilidad derivada de la pandemia de Covid-19, el alza de los precios debido al conflicto en Ucrania y la baja confianza de los votantes.

Hace cinco años, Macron se comprometió a hacer todo lo posible para que los votantes franceses "no tengan motivos para votar por los extremistas". La realidad de las elecciones de 2022 muestra lo contrario. Su proporción de votos no superó el 60 por ciento y la brecha con Le Pen se redujo de forma considerable en comparación con la contienda de 2017. Los comicios marcaron un ausentismo del 28,01 por ciento, equivalente a más de 13 millones de votantes, el nivel más alto desde 1969, y hasta un 4,5 por ciento de abstención, o sea, más de un millón de personas no votaron.

Las circunstancias de las dos elecciones son diferentes. En 2017, la mayoría de los votantes esperaron que Emmanuel Macron trajera cambios positivos y fuertes al país. Esta vez, en cambio, tenía que defender el resultado de la sentencia en un período en el que Francia atraviesa una serie de crisis.

Las altas tasas de abstención, el ausentismo de los votantes y el aumento de la preferencia por los candidatos de extrema derecha, sugiere que muchos le retiraron apoyo a Macron, ya sea por la reforma de las pensiones o por el aumento de la desigualdad y la inseguridad. También hay una gran polarización política, ya que el papel de los partidos tradicionales se ha reducido de manera considerable desde 2017.

Puede decirse que esta es una victoria inesperada de Macron. Su equipo de campaña había expresado preocupación por una sorpresa de última hora.

El ambiente de celebración de la victoria no fue tan grandioso y tumultuoso como en 2017. En un breve discurso ante sus seguidores en la plaza al pie de la Torre Eiffel la noche del 24 de abril, Macron reiteró la determinación de cumplir con el objetivo de construir una Francia más independiente y una Europa más fuerte.

Inmediatamente después de anunciados los resultados preliminares, los representantes de algunos importantes partidos felicitaron a Macron y advirtieron sobre la carrera hacia las legislativas en junio. Valerie Pecresse, candidata presidencial por el partido conservador Los Republicanos, destacó que el triunfo de Macron muestra las crecientes divisiones de Francia, ya que la candidata de extrema derecha acrecentó su número de votos.

A pesar de su segunda derrota en la final ante Macron, Marine Le Pen consideró el resultado como "una victoria", e instó a los votantes a apoyar a su partido en las elecciones a la Asamblea Nacional. Éric Zemmour, candidato del Partido Nacional Reconstituido, de extrema derecha, también resaltó que millones de votantes franceses no aceptan el segundo mandato de Macron y llamó a los votantes de derecha a unirse en las elecciones a la Asamblea Nacional.

Antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, Jean-Luc Melenchon, líder de Francia Insumisa, que terminó tercero en la primera vuelta con el 21,9 por ciento de los votos, pidió el apoyo de los votantes de izquierda para convertirse en primer ministro.

En esencia, el reelegido presidente Emmanuel Macron enfrentará un gran desafío en los próximos dos meses.

De hecho, durante la campaña para la segunda vuelta de las elecciones, el mandatario tuvo que ajustar sus prioridades, como comprometerse a acelerar la transición ecológica o fortalecer las políticas sociales para lograr el apoyo de los votantes de izquierda.

Los partidos de la oposición iniciaron la campaña para la Asamblea Nacional, vista como la tercera ronda de las elecciones presidenciales, demostrando su determinación de ganar una mayoría de votos en las legislativas para obligar al presidente a una cohabitación. En ese momento, el representante de la oposición se desempeñará como primer ministro.

Desafíos y desarrollos impredecibles han ocurrido en el último mandato. La victoria de Macron el 24 de abril marca el comienzo de su próximo período de cinco años. Si el partido gobernante no obtenga la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional, el gobernante enfrentará muchas dificultades para cumplir sus compromisos, que incluyen mejorar el poder adquisitivo, aumentar los salarios, reformar las pensiones y las instituciones, y promover la innovación y la inversión en educación, salud y política exterior.