Por el futuro brote verde de la humanidad

Después de más de dos años, la pandemia de Covid-19 ha causado daños físicos y emocionales a los niños, amenazando el futuro de toda una generación. Por eso, implementar un programa de rehabilitación educativa y enfocarse en la atención integral de la niñez son la clave para proteger el “brote verde” de la humanidad, cuando allá afuera, la “tormenta” del Covid-19 aún no termina.

Foto de ilustración (Fotografía: unicef.org)
Foto de ilustración (Fotografía: unicef.org)

“Siento que estoy atrapada en mi propia casa y que todos están tan lejos de mí. Durante el primer período de distanciamiento social me sentí muy sola”, dijo Aya Raji, una niña de 14 años que vive en la ciudad de Nueva York. Al compartir con el diario estadounidense The New York Times sobre el sentimiento de soledad y tristeza que experimentó cuando su escuela daba clases en línea debido a la enfermedad, Aya afirmó que siempre se siente ansiosa y solo pudo conciliar el sueño hacia las cuatro de la madrugada.

Como ella, muchos jóvenes y niños de todo el mundo tienen problemas psicológicos y mentales a causa del cierre de las escuelas y de la limitación de las oportunidades de comunicación social.

Según los resultados de una encuesta a 22 mil jóvenes de 21 países realizada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), alrededor del 36 por ciento de los consultados dijeron que a menudo se pone nerviosos. También son propensos a la depresión y no se interesan por lo que les rodea. Los expertos estadounidenses llamaron a una acción rápida de las naciones antes de que la crisis de salud mental alcance un ritmo alarmante entre los jóvenes.

La pandemia de Covid-19 no solo causa un "daño invisible" a los niños, también los priva de oportunidades de aprender y desarrollar habilidades. Medios australianos publicaron un informe que muestran que, por primera vez en 13 años, la proporción de niños que progresan en las cinco dimensiones clave del desarrollo del país ha disminuido como resultado de la pandemia. Muchas naciones impulsan modelos de enseñanza y aprendizaje en línea, pero son innegables las limitaciones de estas y no pueden reemplazar por completo el aprendizaje presencial.

La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, destacó que cuando los niños no tienen interacciones cara a cara con maestros y compañeros, el aprendizaje se resiente. La interrupción de la enseñanza también deja consecuencias como el aumento del trabajo infantil o el matrimonio precoz, agregó.

Vale la pena mencionar que cada vez más niños no pueden continuar yendo a la escuela después de la reapertura de las clases. En Liberia, el 43 por ciento de los estudiantes que asisten a escuelas públicas no regresaron a clases cuando las escuelas reabrieron en diciembre de 2020. En Sudáfrica, en julio de 2021, el número de alumnos que no asistían a la escuela era de 750 mil, tres veces más que en marzo de 2020.

Cada vez que se desata una ola de Covid-19, las escuelas son siempre de las primeras en cerrar. Este hecho hace que los niños pierdan un ambiente sano para adquirir conocimientos, así como desarrollarse física y mentalmente.

La apertura de las escuelas durante estos tiempos tan complejos ha sido un tema controvertido. Sin embargo, después de más de dos años de la pandemia de Covid-19, la comunidad internacional reiteró que no es posible controlar completamente el mortal virus, sino que solo es viable una adaptación segura y flexible. La reapertura de las escuelas es una tarea prioritaria para todos los países y para lograr un entorno escolar seguro la vacunación es clave.

También se lanzan muchas otras iniciativas para ayudar a los niños a desarrollar habilidades durante la pandemia y eliminar los sentimientos de soledad. Según el profesor Iram Siraj, de la Universidad de Oxford, los padres necesitan leer libros con sus hijos y pasar tiempo con ellos, porque estas actividades los ayudan a desarrollar el habla y complementar el conocimiento. También deben compartir inquietudes con los maestros por ser estos quienes pueden apoyar a los niños en las escuelas.

Robert Jenkins, experto de la Unicef en educación, advirtió que la pandemia está poniendo al mundo en riesgo de una generación perdida. Sin una acción urgente, muchos países perderán la fuente de trabajadores calificados en función del desarrollo socioeconómico. Es hora de que las naciones consideren de manera cuidadosa e implementen una reapertura escolar segura basada en evaluaciones específicas de la evolución de la enfermedad, por un entorno de desarrollo integral favorecedor de los "futuros brotes verdes".