En un comunicado el 27 de marzo, la ONU expresó su profunda preocupación por la decisión del gobierno talibán en Afganistán de negar a las niñas el acceso a la educación superior. El secretario general de la mayor organización mundial, Antonio Guterres, también mostró su decepción por la medida y dijo que viola el derechos de las mujeres y niñas a la educación.
Antes, los talibanes retiraron inesperadamente el anuncio de abrir las escuelas secundarias para niñas y dijeron que permanecerán cerradas hasta que se elabore un plan de acuerdo con la ley islámica. La decisión se produce después de meses de esfuerzos de la comunidad internacional para abordar el tema de los subsidios salariales para maestros, en un momento en que las niñas afganas están ansiosas por regresar a las escuelas.
Desde que tomaron el control del país en agosto de 2021, los talibanes han impuesto una serie de restricciones a las mujeres, incluida las prohibiciones a participar en el trabajo del gobierno, a viajar solas y a usar determinadas ropas. Funcionarios afganos de la aviación afirmaron que los talibanes ordenaron a las aerolíneas nacionales impedir que las mujeres aborden aviones a menos las acompañen un varón de su familia.
Activistas defensores de los derechos de niñas y mujeres anunciaron que realizarán una protesta nacional si el gobierno talibán no permite a las niñas de secundaria regresar a la escuela en una semana.
En una rueda de prensa celebrada en Kabul el 27 de este mes, Halima Nasari, activista por los derechos de las mujeres afganas, leyó una declaración conjunta de cuatro grupos feministas que piden al gobierno talibán cancelar la mencionada decisión. En lugar de cerrar las instituciones educativas existentes, los talibanes deben construir más escuelas para niñas en las zonas rurales, destacó el documento.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Canadá, Francia, Italia, Noruega, Reino Unido y Estados Unidos y el Alto Representante de la Unión Europea solicitaron a los talibanes cumplir los compromisos públicos que asumieron ante el pueblo afgano y la comunidad internacional. Resaltaron que la decisión de los talibanes dañará profundamente las perspectivas de cohesión social y crecimiento económico de Afganistán.
Manifestaron que todos los ciudadanos afganos, sean hombres o mujeres, tienen los mismos derechos de estudiar en todos los niveles, provincias y ciudades del país. Por lo tanto, instaron a los talibanes a revertir rápidamente su decisión, que tendrá consecuencias mucho más allá de los efectos negativos sobre las niñas en esa nación. A pesar de los desacuerdos, la ONU pidió a la comunidad internacional que trabaje con los talibanes para brindar una ayuda sustancial al pueblo afgano.
La enviada especial de la ONU y jefa de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA), Deborah Lyons, dijo que todavía existe una "desconfianza mutua" de larga data entre los talibanes y gran parte de la comunidad internacional, incluso países de la región y los vecinos de Afganistán.
Con motivo de la firma del Acuerdo de Doha entre Estados Unidos y los talibanes, el grupo reafirmó su compromiso para que Afganistán no suponga una amenaza para ningún país. Expresó su esperanza de mantener buenas relaciones con todas las organizaciones nacionales e internacionales.
Lyons reiteró que UNAMA está tratando de actuar como un puente de conexión y transmitió las preocupaciones de la comunidad internacional a los talibanes a fin de trabajar con el gobierno para resolver muchos problemas, incluido el transporte de ayuda humanitaria.
La realidad en Afganistán exige que la comunidad internacional y los organismos de la ONU fortalezcan la conectividad y coordinación con ese país. Trabajar con los talibanes brindará la oportunidad de ayudar a dar forma al futuro del pueblo afgano, dijo.
La decisión de prohibir la entrada de las niñas a las escuelas debe revertirse rápidamente para garantizar el derecho a la educación, por su propio futuro individual y la prosperidad del país.
