Los recursos hídricos son cada vez más escasos, por lo que fortalecer la gestión y la cooperación para proteger este preciado recurso es una responsabilidad global, hacia la meta del desarrollo sostenible.
La protección de los recursos hídricos hace una importante contribución a la implementación de los objetivos de las Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático. El mencionado foro debatió no solo sobre el agua, sino también acerca de la protección del clima y la naturaleza, las fuentes de energía, el suministro de alimentos, la garantía de seguridad y la reducción de la desigualdad social.
La escasez y la contaminación de agua amenazan con interrumpir los principales sistemas agroalimentarios de todo el mundo, ya que alrededor del 70 por ciento del agua dulce se utiliza para la agricultura. La mayoría de los países africanos no tienen la suficiente para cultivar alimentos. Unos 3,2 millones de personas que viven en zonas agrícolas corren el riesgo de sufrir escasez de agua, lo que amenaza la seguridad alimentaria mundial y el desarrollo sostenible.
Con el tema "Seguridad hídrica para la paz y el desarrollo", el Foro desea crear un impulso fuerte para hacer contribuciones prácticas destinadas a mejorar la vida de las personas en zonas retrasadas debido a la escasez de agua.
El último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación indica que alrededor de dos mil 300 millones de personas viven actualmente en países con riesgo de escasez crónica de agua, de los cuales más de 733 millones sufren estrés hídrico elevado y grave.
Solo el 58 por ciento de los africanos tiene acceso a agua potable. El uso de agua de baja calidad es responsable del 70 al 80 por ciento de los brotes de enfermedades en África. Mientras tanto, el cambio climático aumenta el riesgo de crisis del agua. Más de 100 millones de personas actualmente tienen que usar agua sin tratar o de mala calidad.
Resolver el desabastecimiento de agua es un problema urgente para numerosos países, pero el tratamiento de los recursos hídricos depende de las condiciones económicas, políticas y sociales en cada uno.
En muchas naciones, en especial en África occidental y oriental, los impactos del cambio climático están afectando seriamente la seguridad hídrica. La falta de inversiones en riego y agricultura dependiente de las lluvias hace que más de un millón de personas enfrenten hambrunas severas durante sequías prolongadas.
En este contexto, la cooperación transfronteriza en la gestión de los recursos hídricos desempeña un papel fundamental, especialmente en África, donde el 90 por ciento del agua de lluvia puede almacenarse en las zonas fronterizas. Compartir datos sobre el agua a través de iniciativas globales se considera clave para rastrear de manera efectiva el impacto del cambio climático en el ciclo hidrológico y ayudar a las naciones a administrar este preciado recurso.
Según los expertos, las medidas, las políticas enfocadas y las instituciones más efectivas juegan un rol importante para garantizar el uso sostenible del agua.
El Acuerdo Azul apunta a asegurar el derecho al agua limpia y al saneamiento para todos a través de la provisión de marcos regulatorios apropiados. Su declaración pide adoptar planes de gestión del uso sostenible del agua para proteger los recursos hídricos y los ecosistemas, y garantizar la resiliencia al cambio climático y la capacidad de detener las presiones demográficas. La buena gestión del agua no es solo un tema de seguridad social, sino también un factor indispensable en la implementación de los objetivos de desarrollo sostenible.
