Ambición estratégica sobre la seguridad y defensa de la Unión Europea

La Unión Europea (UE) aprobó oficialmente la Orientación Estratégica sobre la seguridad y defensa, que incluye un plan para crear una fuerza militar propia y aumentar los gastos militares. Con metas ambiciosas en esta década, se espera que ello eleve la capacidad y autonomía estratégica de Los Veintisiete en un complejo contexto internacional.

Foto de ilustración.
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El documento fue aprobado el 21 de marzo en la reunión de Ministerios de Relaciones Exteriores y Defensa de la UE en Bruselas (Bélgica). Al hablar después de la reunión, el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Joseph Borrell, enfatizó que el documento traza una orientación estratégica y es una 'brújula’ para la aplicación de la política de seguridad y defensa de la UE. Esto contribuye a que el bloque sea más consciente y proactivo en la garantía de su propia seguridad.

La Orientación Estratégica tiene por meta convertir a la UE en una organización capaz de garantizar su seguridad y autonomía estratégica, así como la capacidad de coordinar con sus socios para proteger los valores e intereses de la alianza.

Además, expone evaluaciones generales sobre el entorno estratégico, las amenazas y desafíos que debe enfrentar el bloque en la próxima década. En consonancia con ello, propone acciones concretas para mejorar la capacidad de la UE en las crisis, así como en la garantía de la seguridad de la alianza y sus ciudadanos.

Lo inminente será crear una fuerza militar propia y aumentar los gastos de defensa para llevar a cabo intervenciones militares. Ese ambicioso plan, iniciado en noviembre de 2021 se denomina Brújula Estratégica y consiste básicamente en la organización de una fuerza de respuesta rápida compuesta por unos cinco mil soldados. Formada en base a los grupos de combate desde 2007, esa fuerza es un ejército combinado capaz de realizar intervenciones y tareas de rescate, salvamento y evacuación de ciudadanos europeos durante conflictos.

Su objetivo prioritario es cumplir misiones donde y cuando sea, en caso de crisis tanto dentro como fuera del territorio del bloque. Esa fuerza se desplegará a pedidos del liderazgo de la alianza, sin necesidad de aprobación o asistencia por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Estados Unidos. Se prevé que el propio ejército de la UE se conforme en 2025, pero ya el bloque realiza una serie de acciones preparatorias, como el inicio de ensayos militares este año.

La autonomía estratégica es un asunto al que la UE presta una gran atención. Según los dirigentes del bloque, en el contexto actual, la UE debe mejorar su capacidad de enfrentar riesgos y amenazas, así como asegurar una respuesta rápida a las crisis.

Tal necesidad es más urgente porque son visibles las insuficiencias en la OTAN, así como los problemas en las relaciones entre la UE y Estados Unidos, especialmente la retirada del ejército estadounidense de Afganistán, sin consultar las opiniones de sus aliados europeos. Por tal razón, con el plan Brújula Estratégica, la UE abre paso a la elevación de su capacidad de autocontrol para ser "más rápido, más fuerte y más flexible", con el fin de cumplir sus propias responsabilidades en materia de seguridad y gestión de crisis, sin depender de aliados al otro lado del Atlántico.

La necesidad es real y urgente. Sin embargo, la ambición estratégica de la UE no ha recibido pleno apoyo. El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, afirmó en repetidas ocasiones que la fuerza independiente de la UE puede complementar las capacidades comunes de la OTAN. Mientras, los dirigentes de la OTAN advirtieron que ahora es el momento de fortalecer y mejorar la capacidad defensiva común, en lugar de construir ejércitos separados, lo que podría reducir el papel de la alianza militar transatlántica.