Unión Europea en un dilema

La Unión Europea (UE) está en un dilema con el doble lío. Las tensas relaciones con Rusia por el conflicto en Ucrania y las duras sanciones entre ellos han disparado los precios del petróleo, sumiendo a la UE en una escasez de energía.

Obras del gasoducto Nord Stream 2 en Lubmin, en el noreste de Alemania. (Foto: AFP/VNA)
Obras del gasoducto Nord Stream 2 en Lubmin, en el noreste de Alemania. (Foto: AFP/VNA)

Mientras lucha por encontrar una manera de conseguir una desescalada del conflicto en Ucrania, la UE todavía está preocupada por el riesgo de inseguridad energética, ya que casi la mitad del gas que consume Europa es suministrada por Rusia. Los líderes de Italia, España, Portugal y Grecia se reunieron para encontrar una solución al problema energético. Llamaron a la UE, con motivo de la cumbre de esta semana, a desarrollar urgentemente una estrategia común para garantizar la seguridad energética del bloque. Destacaron que la UE debe actuar colectivamente en aras de poner fin a la situación en la que los Estados miembros tienen que "nadar solos" como ahora.

El primer ministro italiano, Mario Draghi, instó a la UE a encontrar formas de proteger a las naciones integrantes de la precariedad de la seguridad energética. Resaltó la importancia de diversificar el suministro de energía y fomentar las fuentes de energía renovable en Europa. También afirmó que los mercados de la energía y el gas no deberían separarse porque un mercado común sería beneficiosa para todos.

Su homólogo de España, Pedro Sánchez, señaló que solo una respuesta común puede ayudar a la región a resolver el problema, pero es necesario actuar ahora antes de que sea demasiado tarde. Las preocupaciones de algunos países europeos no son superfluas, pues la UE anunció que dentro de un año reducirá en dos tercios la cantidad de gas natural importado de Rusia . Sin embargo, más de 100 miembros del Parlamento Europeo firmaron una carta para solicitar el efecto inmediato de la prohibición de la UE, a pesar de que Moscú proporciona el 40 por ciento de las necesidades de gas y el 25 por ciento de su petróleo crudo de la UE, agregó.

Mientras tanto, Reino Unido, exmiembro de la UE, se ha quejado de que imponer una prohibición a las importaciones de petróleo y gas rusos le costará a su economía al menos 70 mil millones de libras esterlinas (más de 92 mil millones de dólares) y conlleva a Europa a la recesión. Londres está lidiando con una crisis del costo de vida en medio de la inflación y el aumento de los precios de los alimentos y la gasolina. Se estima que solo el crecimiento de los precios de la energía supone una carga de 38 mil millones de libras (más de 50 mil millones de dólares) para los británicos desde ahora hasta finales de año.

Alemania, la principal economía de la UE y también el mayor comprador europeo de gas ruso, está luchando por encontrar otras fuentes. Este es un problema difícil para Berlín, porque el gas de Moscú satisface el 55 por ciento de la demanda de dicha nación. El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, realizó visitas urgentes a Qatar y los Emiratos Árabes Unidos durante el fin de semana con el objetivo de buscar una alternativa al gas procedente de Rusia.

Antes, Habeck realizó visitas a Noruega, un gran exportador de gas de Europa occidental, y Estados Unidos (EE.UU.), un importante proveedor de gas natural licuado (GNL). El jefe del sector económico alemán cree que las negociaciones en curso con Noruega, EE.UU., Canadá, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, que también son los principales exportadores de GNL del mundo, ayudarán a llevar este combustible a Europa y Alemania.

Mientras tanto, Bélgica busca desarrollar la energía doméstica. Después de una reunión apresurada, los partidos políticos nacionales acordaron continuar con la expansión de dos plantas de energía nuclear existentes, invertir en el desarrollo de la energía nuclear y acelerar la transición hacia la energía limpia. Se trata de un acuerdo de suma trascendencia estratégica para la cuestión energética de Bruselas.

El tratado permitirá ampliar la generación nuclear hasta 2025, así como acelerar la transición a energías renovables como la eólica y la solar con una inversión de mil 160 millones de euros (más de mil 300 millones de dólares). Además, Bélgica también planea convertirse en un centro de importación y tránsito de hidrógeno verde al acelerar el establecimiento de un sistema de "columna vertebral de hidrógeno" desde el puerto hasta el parque industrial.

No se sabe si las negociaciones sobre el abastecimiento de petróleo y gas y los planes de desarrollo energético de las naciones europeas traerán resultados inmediatos, pero está claro que las sanciones a Rusia han dejado a la UE en una situación de escasez de energía.