Choque de precios detiene el crecimiento

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, advirtió que las tensiones en Ucrania y las sanciones contra Rusia han mermado el comercio global y encarecido la energía y los alimentos, lo cual obligará a la entidad a reducir su pronóstico de crecimiento económico mundial en el próximo mes.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. (Fotografía: Reuters)
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. (Fotografía: Reuters)

Igualmente, numerosas economías han revisado a la baja sus perspectivas, considerando que la escalada de precios y la inflación debilitarían el ímpetu del crecimiento.

La espiral inflacionaria acarrea un transcurso más rápido y vigoroso de la tendencia de ajuste monetario. Esto se considera causante de riesgos graves para América Latina y el Caribe, algunos países de Oriente Medio y numerosos otros en África.

En enero último, el FMI rebajó su proyección de crecimiento económico para Estados Unidos, China y todo el planeta como consecuencia de los riesgos relacionados con el Covid-19, la inflación al alza, las interrupciones en los suministros y el plan de restricción monetaria del país norteamericano.

A saber, la entidad previó una expansión del 4,4 por ciento para la economía mundial este año, un 0,5 por ciento menor que la cifra anterior. Ahora los nuevos sucesos en el escenario geopolítico en Europa del Este la fuerzan a hacer cambios.

Analistas alertaron sobre un choque de precios de mercado en un contexto en que varios países han impuesto sanciones contra Rusia, el mayor productor de petróleo y gas en el mundo. Las medidas punitivas sin precedentes han hecho que la economía euroasiática se desplomara de repente y corra riesgos de una profunda recesión este año.

En Estados Unidos, los precios de consumo ascendieron a un nuevo récord en febrero último, al tiempo que esta locomotora de la economía global encaraba una alcista y posiblemente prolongada inflación. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) reportado allí en el segundo mes del año aumentó en 7,9 por ciento frente al año pasado.

El Departamento del Trabajo del país norteamericano comentó que fue la subida más fuerte del IPC desde enero de 1982, reflejada en los costos tanto de petróleo y alimentos como de alojamiento. El repunte de este indicador significa el mismo movimiento del promedio de precios de los bienes y servicios. Por primera vez desde el estallido de la pandemia, la Reserva Federal decidió subir la tasa de interés de referencia para controlar la escalada de precios.

El Banco Central Europeo recortó del 4,2 a solo un 3,7 por ciento su pronóstico de crecimiento para la Eurozona. Preocupado por una ralentización de la recuperación económica, también modificó a un 2,8 por ciento la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de la región augurada para 2023, un 2,9 por ciento más bajo que antes.

Es más, la institución crediticia revisó al alza la previsión de la inflación, de un 3,2 a un 5,1 por ciento en 2022, debido a la fuerte escalada de los precios de la energía. Convencida de que los conflictos entre Rusia y Ucrania influyen en la economía europea, reafirmó su compromiso de hacer todo lo posible para estabilizarla.

Entre tanto, economistas de la empresa de servicios financieros Credit Suisse ofrecieron un punto de vista poco optimista sobre las perspectivas económicas de la Eurozona, pues el PIB regional presuntamente repuntará uno por ciento en 2022 considerando la subida galopante de los precios y fracturas en las cadenas de suministro.

Expertos británicos igualmente advirtieron que el aumento de los valores agudizaría la reducción de ingresos por hogar y mermaría el crecimiento económico nacional. De acuerdo con la corporación financiera Goldman Sachs, la tasa de inflación en la tierra de la Gran Niebla excederá el nueve por ciento, dando como consecuencia la caída más fuerte de ganancias familiares en los últimos 30 años.

Economistas esperan que el gasto de consumo constituya la principal fuerza motriz del crecimiento este año, cuando los países se han reabierto en pos de la recuperación posterior a la pandemia.

Sin embargo, las tensiones entre Rusia y Occidente han provocado la escalada de los precios y de la inflación, lo cual pone en riesgo el crecimiento en un contexto en que las potencias sufren intensa presión por los costos elevados del petróleo y el gas.