Intensa búsqueda de fuentes alternativas al gas ruso

Los precios del crudo se dispararon después de prohibir Estados Unidos las importaciones de petróleo de Rusia. Las medidas punitivas contra las exportaciones petroleras del país euroasiático también han hecho tropezar a Washington y sus aliados de Europa a la hora de buscar suministros alternativos.

Tuberías de la corporación Gazprom en una planta de gas en Rusia. (Fotografía: Reuters)
Tuberías de la corporación Gazprom en una planta de gas en Rusia. (Fotografía: Reuters)

El Reino Unido anunció que eliminaría de modo gradual las importaciones de hidrocarburos y sus derivados para prescindir de estos a finales de 2022, mientras los países de la Unión Europea se han fijado el objetivo de acortar en dos tercios las compras de gas a ese proveedor.

Tras el veto del presidente estadounidense, Joe Biden, el precio del crudo referencial Brent subió 6,8 por ciento para alcanzar los 131,63 dólares por barril y el del tipo WTI del país norteamericano, un 6,7 por ciento para 127,44 dólares por barril.

En Estados Unidos, el valor de la gasolina ascendió a un nivel récord, por encima de los cuatro dólares el galón (3,78 litros), considerado perjudicial para la estabilidad de la economía número uno del mundo, pues podría aumentar la inflación. Según datos de 2021, aproximadamente el ocho por ciento del crudo y los productos petroleros que consume este país proceden de Rusia.

Con un consumo aproximado de 18 millones 200 mil barriles de petróleo al día en 2020, principalmente en transporte, generación de electricidad y calefacción, la nación norteamericana pasaría por un calvario al involucrarse en la “guerra del petróleo” con Rusia.

Aunque el presidente Biden anunció que liberaría la reserva estratégica de su país -unos 727 millones de litros-, los expertos no apuestan por un enfriamiento inmediato de los precios del crudo y de la gasolina. Las empresas petroquímicas han tenido que reducir la producción en los últimos dos años, pues las economías, obligadas a paralizar, aún no han vuelto al nivel de producción previo a la pandemia.

Desde inicios de 2020, la producción global de petróleo y gas ha bajado en un millón de barriles diarios, y Estados Unidos solo refina 19 millones de barriles por jornada. Para aliviar las preocupaciones, el Gobierno anunció que negociará con grandes proveedores del carburante como Venezuela, Irán y Arabia Saudita.

El Reino Unido decidió eliminar progresivamente las compras de hidrocarburos rusos hasta finales de este año, equivalentes a un ocho por ciento de su demanda. Sin embargo, la sanción no se impone sobre el gas natural de ese origen, que satisface el cuatro de por ciento de la demanda nacional. Londres informó que está planificando dejar de importar este rubro.

Pese a que sus medidas son consideradas propensas a agravar la crisis del costo de vida, y frente al alza de los precios de gasolina y diésel en el mercado lleno de volatilidades, el Reino Unido se muestra optimista porque la mayoría de sus importaciones de crudo provienen de socios confiables como Estados Unidos, los Países Bajos y los Estados del Golfo.

Mientras, la Comisión Europea anunció planes de reducir en dos tercios la dependencia del gas ruso este año y de poner fin a su dependencia de los suministros rusos antes de 2030, así como cambiar a fuentes alternativas y expandir la energía limpia más rápidamente que lo esperado.

El primer ministro de Italia sostuvo conversaciones con el presidente de Azerbaiyán sobre la cooperación energética en un escenario en que su país importe gas desde ese territorio caucásico por vía del gasoducto Trans-Adriático.

Numerosas empresas europeas, incluida la petrolera británica British Petroleum, han notificado su rechazo a firmar con Rusia nuevos contratos de compra de petróleo y gas, a la vez que dejan abierta la posibilidad de descartar esta política en prevención de eventuales amenazas a su seguridad energética. El grupo francés TotalEnergies SE anunció el fin de sus negocios con la parte rusa, pero dijo que una de sus refinerías en Alemania todavía recibe crudo ruso por no tener otra alternativa.

Analistas opinaron que las sanciones de Washington y sus aliados contra el sector petrolero de Rusia agudizarán los impactos sobre la economía global, originalmente carente de suministros y víctima de precios elevados debido a la pandemia de Covid-19. Como mayor exportador de petróleo y gas natural, el país euroasiático juega un rol primordial en estabilizar el mercado energético mundial.

Si bien Estados Unidos no encabeza la lista de clientes de Moscú, sus países coligados parecen experimentar una presión inédita para liberar sus economías de la dependencia de los recursos energéticos de la “tierra de los abedules”.