Cuestión vital en la protección del medio ambiente

La reciente videoconferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acerca del cambio climático hizo sonar una campana de alerta sobre el riesgo de mayores impactos al ecosistema en los próximos años a pesar de los esfuerzos globales por reducir las emisiones de carbono. Ahora que las alteraciones climáticas se aproximan a “puntos críticos” peligrosos, el hombre debe adaptarse y accionar con urgencia para salvar el medio ambiente.

Una central eléctrica en la provincia de Bantén, Indonesia, en 2010. (Fotografía: Reuters)
Una central eléctrica en la provincia de Bantén, Indonesia, en 2010. (Fotografía: Reuters)

En la reunión, convocada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU y a la cual asistieron representantes de 200 países y territorios, se resaltó la necesidad primordial de adecuarse a la coyuntura. En algunos casos, la adaptación a los días de calor extremo, las inundaciones y la subida del nivel del mar se está convirtiendo en una materia vital.

Un investigador del Instituto para el Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, con sede en París (Francia), también coautor de un informe al respecto del IPCC, advirtió que incluso si se encuentran medidas para disminuir las emisiones de carbono, el mundo necesitará todavía maneras de aclimatarse.

Ese documento, en cuya elaboración participan centenares de científicos, indicó que la temperatura de la Tierra aumentará casi definitivamente más de 1,5 grados centígrados en los próximos 10 años. De momento, la temperatura de la superficie del planeta ya está a 1,1 grados por encima de la reportada en el siglo XIX.

Mientras tanto, en el Acuerdo de París sobre el cambio climático las partes se comprometen a limitar el calentamiento global debajo de 2 grados centígrados y en el mejor de los casos, 1,5 en en comparación con la era preindustrial. Por ende, el informe del IPCC es una advertencia para que los países sean más ambiciosos en la lucha contra el fenómeno en cuestión.

Los cálculos muestran que el calentamiento global ha recrudecido el riesgo de extinción de las criaturas, el colapso de ecosistemas y las enfermedades causadas por mosquitos, el calor mortal, la escasez de agua potable y cosechas menos productivas. Solo en 2021, cuatro continentes experimentaron sucesivas inundaciones, calor prolongado e incendios forestales sin precedentes.

El enviado especial para el cambio climático de Estados Unidos, John Kerry, comentó que el mundo “no va por buen camino” para cumplir el objetivo global de evitar peores impactos del cambio climático y necesita intensificar los esfuerzos para abandonar los combustibles fósiles en esta década.

Si bien los países se las arreglan para cumplir sus declaraciones en la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, las dificultades financieras les dejan aún más descorazonados. Hasta Estados Unidos, la primera economía del mundo, enfrenta barreras propias, reflejadas en que su presidente, Joe Biden, expresó la intención de recaudar a duras penas miles de millones de dólares para hacer realidad los compromisos de su Gobierno.

La brecha entre los países ricos y los pobres en esa lucha se agrandó igualmente por razones financieras y viene obstaculizando la materialización de los objetivos comunes en el asunto.

En noviembre de este año, Egipto albergará la 27ª edición del mencionado acontecimiento. La nación árabe se ha fijado la meta de movilizar fondos solidarios para los países en vías de desarrollo, así como impulsar la transferencia de tecnologías a los países africanos más damnificados.

Por otro lado, para promover el papel de Alemania como presidente del Grupo de los siete principales países industrializados, el canciller de esa nación, Olaf Scholz, anunció establecer en el año actual un ‘club climático’ integrado por economías avanzadas, cuya finalidad será acordar estándares comunes sobre cómo proteger el clima y evitar las desventajas competitivas en la transición económica de los países, hacia la neutralidad de carbono.

Advertencias y programas de acción se han ofrecido en la lucha contra el cambio climático, una cuestión vital del globo terráqueo. Cuando no queda mucho tiempo para esta ardua batalla, los países, sobre todo los ricos, son motivados para contraer compromisos más ambiciosos.

Aun así, para hacer realidad lo declarado en las conferencias pertinentes, hacen falta la solidaridad, la determinación y acciones concretas de cada país como contribución a los esfuerzos comunes del mundo contra el cambio climático.