Áspero invierno en Europa

Europa enfrenta un invierno que amenaza ser más frío de lo habitual debido a la posibilidad de quedarse sin combustibles. Después de meses de buscar una solución, los países del Viejo Continente no consiguen ver la luz al final del túnel para este acertijo, que pone en serio riesgo el proceso de recuperación económica en el período posCovid-19.

Los suministros de gas no han podido seguir el ritmo de la recuperación económica en Europa.
Los suministros de gas no han podido seguir el ritmo de la recuperación económica en Europa.

Con los dos meses más gélidos por delante, aumenta la preocupación acerca del agotamiento de las reservas de gas. La caída de la temperatura provoca una mayor demanda de calefacción, lo que junto a una oferta limitada hace que los precios se disparen.

En los últimos meses los líderes de los países de la Unión Europea (UE) han tenido una serie de discusiones sobre el tema energético, pero sin poder frenar el vertiginoso aumento de los precios del gas.

En los últimos días de 2021, por primera vez en la historia, los precios del gas en Europa alcanzaron los dos mil 190 dólares por mil metros cúbicos. Este invierno ha sido calificado como una "temporada de calefacción cara" porque los precios se quintuplicaron desde enero del año pasado, lo que dejó a los consumidores y a muchas empresas en apuros financieros, lo cual amenaza la recuperación económica posterior a la pandemia.

No es la primera vez que Europa enfrenta una escasez de combustible, pero esta "sed" coincide con el momento en que las naciones planeaban acelerar la recuperación económica después del período de estancamiento provocado por la pandemia.

Los suministros de petróleo, gas y carbón no pudieron satisfacer la demanda de la producción y la recuperación económica. Los fallidos intentos de llegar a un acuerdo de suministro de gas con Rusia es otra de las principales razones de la actual escasez.

Massimo Di Odoardo, vicepresidente de la consultora mundial Wood Mackenzie, dijo que Europa no logrará tener suficientes reservas de gas sin el suministro adicional de Moscú a través de Nord Stream 2 u otros gasoductos.

La energía siempre ha sido un tema candente en las últimas cumbres de la UE. Los miembros del bloque intentan infructuosamente encontrar una manera de resolver el problema del vertiginoso aumento de los precios de la energía porque de lo contrario las consecuencias sobre el mercado serían desastrosas.

Lo más que han logrado los países de la UE es acordar medidas temporales, es decir, seguir implementando un "paquete de herramientas" de emergencia que incluye algunas soluciones, como apoyo directo a hogares, subvenciones a empresas en dificultades y reducción del impuesto eléctrico.

Cuando se trata de soluciones sostenibles y a largo plazo, las partes tienen desacuerdos difíciles de resolver. España, Francia, Italia y Grecia son partidarias de crear un sistema de compras conjuntas de gas entre los países de la UE en combinación con la creación de reservas estratégicas. Pide al bloque establecer regulaciones que protejan a los consumidores de las fluctuaciones de los precios de la energía.

La propuesta encontró una feroz oposición por parte de Alemania, Austria, Países Bajos, Dinamarca, Finlandia, Estonia y Luxemburgo, pues consideran que tales medidas interferirían en los mercados de electricidad y de gas y desestimularían el desarrollo de las fuentes de energía renovable. Con su fuerza en las energías renovables, los países nórdicos a menudo se ven menos afectados por la evolución del mercado de la energía fósil.

Los expertos predicen que la crisis del combustible en Europa no da señales de que se atenuará en el futuro inmediato y lo peor podría llegar a finales de enero o principios de febrero, cuando las temperaturas suelen alcanzar sus valores más bajos.

Esta crisis es un desafío, pero también una oportunidad para que el mundo se dé cuenta de la necesidad de construir un sistema energético sostenible, incluida la aceleración de la transición a la energía verde.