La pandemia de Covid-19 y “cicatrices” difíciles de sanar en la economía

Organizaciones financieras e internacionales han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento económico global y han advertido sobre un proceso frágil de recuperación a causa del impacto de la pandemia. La cobertura de vacunas y el ritmo de inoculación aún no parejos, junto con el brote de nuevas variantes del virus causante de esa enfermedad, se presentan como riesgos que amenazan las perspectivas de restablecer el sector.

(Fotografía: OCDE)
(Fotografía: OCDE)

La pandemia de Covid-19 ha dejado “cicatrices” difíciles de sanar en las economías, lo cual ralentiza la recuperación en numerosas regiones. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) calificó de inestable la actual reactivación económica.

Si bien es cierto que el impulso de la vacunación contra el Covid-19 y las medidas de estímulo aplicadas por los Gobiernos han ayudado a incentivar el crecimiento, el panorama económico todavía presenta muchos tonos desiguales. La OCDE redujo un 0,1 por ciento su pronóstico emitido en mayo último para el aumento de la producción mundial en 2021, a un 5,7 por ciento. El Banco Asiático de Desarrollo (BAD) también ajustó a la baja su previsión de crecimiento económico este año de los países en vías de desarrollo en Asia, precisamente un 7,1 por ciento, un 0,2 por ciento menor frente a la cifra publicada en abril.

Las perspectivas de recuperación económica fueron consideradas inestables debido al actual ritmo lento de vacunación, el número creciente de casos de infección y la imposición continua de medidas de bloqueo en varias regiones. Aún existen brechas entre la producción económica y los empleos; particularmente, las economías emergentes y en vías de desarrollo con una baja cobertura de vacunación se encuentran bastante rezagadas.

La OCDEE también vaticinó una perspectiva sombría para la “locomotora” Estados Unidos al bajar su previsión de un 6,9 por ciento a un 6 por ciento para 2021. Entre tanto, a la economía en la Eurozona se le auguró una expansión del 5,3 por ciento en el mismo año, cifra más alta que la estimada en mayo último. Aun así, los países integrantes de esa área tienen diferentes ritmos de crecimiento.

Países como Argentina, Brasil, México y Sudáfrica recibieron vaticinios más positivos que Australia, el Reino Unido y Japón. En Asia, la velocidad de eliminación del hambre y la pobreza en las economías subdesarrolladas sufre al menos un año de retraso bajo el impacto de la pandemia. El BAD opinó que la economía regional aún progresará en 2021 y 2022, pero las perspectivas al respecto se ven fragmentadas dados los estragos de la variante Delta en algunos países. Las naciones que están haciendo un mejor trabajo en el control antipandémico, aquellas de Asia Oriental, gozarán de un nivel de crecimiento más alto.

El brote de la variante Delta ha debilitado la fuerza motriz de recuperación económica, a la vez que ha intensificado la presión sobre la cadena de suministro y los gastos globales. Las organizaciones financieras e internacionales llaman a los Gobiernos a seguir flexibilizando y manteniendo políticas adecuadas para apoyar un restablecimiento más sostenible de las economías, en el contexto de que las perspectivas a corto plazo del sector todavía no se estabilizan.