Medio Oriente, aún sin paz tras la firma del ‘acuerdo del siglo’ Abraham

Hace un año, cuando Israel empezó el proceso de normalización de sus relaciones con una serie de países árabes musulmanes, las partes involucradas tanto de manera directa como indirecta esperaban que los Acuerdos de Abraham abrieran un nuevo período para la región. Sin embargo, pasado un año, este ‘pacto del siglo’ iniciado por el expresidente de Estados Unidos Donald Trump todavía no está a la altura de las expectativas. La cuestión Palestina sigue en suspenso, mientras no hay ninguna alianza de Tel Aviv y los países musulmanes sunitas para enfrentar el “eje de Irán”.

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump (segundo desde la derecha) encabeza el acto de rúbrica de los acuerdos históricos de normalización de las relaciones de Israel con los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, en la Casa Blanca, el 15 de septiembre de 2020. (Fotografía: VNA)
El expresidente de Estados Unidos Donald Trump (segundo desde la derecha) encabeza el acto de rúbrica de los acuerdos históricos de normalización de las relaciones de Israel con los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, en la Casa Blanca, el 15 de septiembre de 2020. (Fotografía: VNA)

Para alentar la firma de los acuerdos de Abraham, la administración estadounidense al mando de Donald Trump aceptó hacer concesiones en varias cuestiones, tales como autorizar la venta de aviones de combate F-35 de última generación a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio en disputa del Sahara Occidental y sacar a Sudán de la lista de países patrocinadores del terrorismo.

Solo Bahréin, el que originalmente sostiene lazos íntimos con el país norteamericano y donde radica la base de la Quinta Flota y el Comando Central de sus Fuerzas Navales, no pidió mucho.

Las consecuencias negativas de las concesiones de Washington se han reflejado en la práctica. Por ejemplo, la luz verde otorgada a la soberanía marroquí complicó más las disputas territoriales en otros sitios, o las armas modernas suministradas por Estados Unidos no están siendo utilizadas con el debido propósito.

El mayor punto de relieve de los Acuerdos de Abraham consiste en reconciliar las frías relaciones entre Israel y los EAU. Inmediatamente después de la firma de esos documentos, Tel Aviv y Abu Dabi abrieron Embajadas de uno en el otro e intercambiaron delegaciones diplomáticas de alto nivel.

La cooperación binacional en economía y tecnología recibió un fuerte impulso. Los EAU tenían un enorme interés en invertir en Israel y las dos partes sellaron varios pactos valorados en centenares de millones de dólares. Se vio una gran afluencia turística de Israel a los destinos emiratíes luego de inaugurarse la ruta aérea directa entre los dos territorios.

Aun así, por lo general, el impacto estratégico de los Acuerdos de Abraham en la región no estuvo al nivel de lo que esperaban las partes. En cuanto al tema nuclear de Teherán, los países del Golfo todavía actúan con prudencia por dos razones.

En primer lugar, considerada una potencia de la región, Irán no se rendirá ni dudará en atacar los intereses de Estados Unidos e Israel. En segundo lugar, el flamante gabinete del presidente Joe Biden se muestra indiferente respecto al impulso de los vínculos entre Israel con los EAU y Arabia Saudita, el “hermano mayor” de la comunidad árabe.

Ahora que sus dos autores, el expresidente estadounidense Donald Trump y el exprimer ministro israelí Benjamin Netanyahu, ya no están en funciones, a los Acuerdos de Abraham les será difícil alcanzar los resultados augurados.