Este agosto, la coalición internacional liderada por EE.UU. pondrá fin a su presencia en Afganistán después de dos décadas. Mientras tanto, gran parte de los territorios del país surasiático sufre una ola de ataques de los talibanes.
Washington reiteró que reanudará los ataques aéreos para ayudar a las fuerzas locales a restablecer la seguridad y reprimir la violencia. Sin embargo, la inseguridad sigue reinante y la perspectiva de una guerra civil se está volviendo "inevitable" en Afganistán.
En un artículo publicado el 2 de agosto, la agencia de noticias rusa Sputnik citó las palabras del presidente afgano, Ashraf Ghani, quien dijo que la repentina salida de las fuerzas estadounidenses "contribuye" al empeoramiento de la situación de seguridad en la nación de Medio Oriente. Dirigiéndose a la Asamblea Nacional, Ghani advirtió que el plan de salida de EE.UU. conllevará graves consecuencias.
De hecho, los talibanes no han dejado de atacar en todas las regiones de Afganistán en los últimos días. Actualmente, las fuerzas gubernamentales y los talibanes se encuentran en un tira y afloja en muchas áreas. Hasta la mitad de las capitales provinciales de Afganistán sufren los ataques o las amenazas directas de los talibanes. Sorprendentemente, gran parte del territorio ha sido ocupado por los talibanes desde que EE.UU. inició el proceso de retirada en mayo.
Mientras tanto, el exdirector de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), David Petraeus, advirtió que Afganistán podrá caer en una guerra civil después de la salida de las tropas estadounidenses, prevista para el 31 de agosto. Sin embargo, según el militar retirado, ese escenario tan malo podría evitarse si EE.UU. deje algunas fuerzas de apoyo en Afganistán.
El Pentágono está persiguiendo agresivamente su objetivo de retirar todas las fuerzas de Afganistán antes del 11 de septiembre, 20 años después de los horribles ataques terroristas en Nueva York, que desencadenaron la intervención militar extranjera más larga de la historia de EE.UU.. La Casa Blanca defendió resueltamente esta decisión, al afirmar que cumplió su objetivo de derrotar a la organización terrorista Al-Qaeda y eliminar las potenciales amenazas a la seguridad de esta nación.
Sin embargo, muchos observadores advierten que la rápida retirada de tropas sin valorar las consecuencias es un error, ya que incluso podría dañar la seguridad nacional del país norteamericano. Además, EE.UU. carecerá de fuentes de inteligencia confiables en la región si el país no tiene presencia en Afganistán.
