Suministro de vacunas contra Covid-19: responsabilidad compartida

Los miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) acordaron iniciar negociaciones oficiales sobre un plan enfocado en fortalecer el suministro de vacunas contra el Covid-19 a los países en desarrollo.

Vacunas entregadas a través del mecanismo COVAX al aeropuerto de Mogadiscio, Somalia, en marzo de 2021. (Fotografía:AP)
Vacunas entregadas a través del mecanismo COVAX al aeropuerto de Mogadiscio, Somalia, en marzo de 2021. (Fotografía:AP)

En medio de discrepancias acerca de la renuncia a los derechos de patente sobre las vacunas COVID-19, el hecho de que los países desarrollados impulsan compartir dichos antivirales con las naciones subdesarrolladas se considera una "dosis de emergencia" para reducir la brecha en el acceso a las vacunas.

Ante la compleja evolución de la pandemia y la aparición de varias nuevas cepas, las vacunas se consideran clave para evitar la propagación de la enfermedad. Dos mil millones de dosis se han aplicado en todo el mundo, pero el 37 por ciento lo fueron en países de altos ingresos, los cuales representan el 16 por ciento de la población mundial. Solo el 0,3 por ciento se administró a personas en 29 naciones de ingresos más bajos y cuya población apenas representa el nueve por ciento de la mundial.

De acuerdo con la advertencia de la Organización Mundial de Salud, la escasez de vacunas para el mecanismo COVAX en junio y julio podría socavar la efectividad de las campañas mundiales de vacunación. Hasta el momento, más de 80 millones dosis fueron enviadas a 129 países y territorios. Sin embargo, es necesario inmunizar a otros 250 millones de personas hasta finales de septiembre para lograr el objetivo de vacunar al menos 30-40 por ciento de la población mundial en 2021.

Las negociaciones de la OMC sobre la solicitud de la India y Sudáfrica de renunciar a los derechos de patente de las vacunas tuvieron lugar recientemente en Suiza, en aras de permitir a cualquier país producir vacunas sin preocuparse por las licencias. Sin embargo, prevalecieron divergencias. Los partidarios de la renuncia, incluidos Estados Unidos, consideraron que esto ayudará a aumentar la producción de vacunas en los países subdesarrollados. Mientras tanto, las grandes empresas farmacéuticas se opusieron alegando que el hecho afectará la innovación y la mejora en el futuro.

Según la agenda, la OMC sostendrá el próximo 17 de junio una conferencia con el objetivo de decidir el formato de las negociaciones y enmarcar el progreso del suministro de vacunas.

Mientras las organizaciones internacionales debaten los mecanismos para aumentar el suministro de vacunas, los países deben actuar con urgencia a fin de distribuir los inoculantes de manera equitativa y efectiva, especialmente porque la población de las naciones en desarrollo ve incierta la vacunación. En calidad de embajador de buena voluntad del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), numerosas celebridades firmaron recientemente una carta al Grupo de los Siete (G7) en aras de instar al “bloque rico” a compartir las vacunas contra el Covid-19.

Paradójicamente, mientras varios países desarrollados no sabe qué hacer con las vacunas a punto de expirar, los subdesarrollados aún están a la espera de dichos medicamentos. Unicef advirtió que millones de dosis podrían desperdiciarse si todos los países de altos ingresos envían los excedentes a los subdesarrollados al mismo tiempo. Por lo tanto, el suministro de vacunas debe coordinarse durante el año.

La comunidad internacional está esperando las voces oficiales de los países desarrollados sobre la implementación de responsabilidad de compartir vacunas, especialmente luego del anuncio del presidente estadounidense, Joe Biden, de que planea comprar 500 millones de dosis de Pfizer-BioNTech a fin de distribuirlas en otras naciones. Este plan se anunciará en la Cumbre de G7 en Inglaterra.

Por otro lado, el gobernante norteamericano recién publicó un proyecto de compartir al menos 80 millones de dosis de vacunas. El 25 por ciento de dicha cantidad será distribuida a través del mecanismo COVAX, priorizando las regiones de Latinoamérica y Caribe, Asia del Sur y Sudeste y África. La Casa Blanca afirmó que este programa juega un papel importante en la estrategia global de Estados Unidos para liderar el mundo en la lucha contra la pandemia.

Biden también se comprometió a hacer de Estados Unidos un “arsenal de vacunas” para el combate contra el Covid-19 en el mundo. Los ministros de salud de los miembros de G7 afirmaron su apoyo a la idea de compartir vacunas cuando puedan.

El compromiso de los países desarrollados de aportar 150 millones de dosis al mecanismo COVAX se considera un bueno comienzo de los esfuerzos de distribuir globalmente las vacunas. De acuerdo con Unicef, el G7 recolectará esa cantidad de antivirales, equivalentes al 20 por ciento del total de estos países, para apoyar a otras naciones en el período de junio a agosto, sin afectar el avance de la vacunación.

Al mismo tiempo, las organizaciones financieras e internacionales siguen llamando a los países de altos ingresos a contribuir más al suministro de vacunas contra el Covid-19 con la esperanza de poner pronto fin a la pandemia.