Un compromiso récord del Banco Mundial frente a la pobreza

El Banco Mundial (MB) destinó una suma récord de 82 mil millones de dólares a la reducción de la pobreza, incluidas varias contribuciones y compromisos de los países ricos para los próximos tres años, anunció el presidente de la entidad David Malpass.

Las personas pobres en la región de Sahel y del lago Chad.
Las personas pobres en la región de Sahel y del lago Chad.

Numerosos países dependen de actos como ese para encontrar una salida a la pobreza. Sin embargo, en un contexto en que el mundo corre el riesgo de no alcanzar el objetivo de eliminar la pobreza hacia el 2030, se prevé que esta ‘lucha sin disparos’ enfrentará muchos desafíos.

El monto de la suma prometida por el MB aumentó recientemente en unos siete mil millones de dólares en comparación con los últimos tres años. Este es el ‘mayor nivel suplementario’ hasta la fecha de la Asociación Internacional del Fomento (AIF), lo que evidencia el apoyo de los socios del BM a las urgentes misiones de eliminar la pobreza y promover la prosperidad en los países más pobres y vulnerables.

De acuerdo con Malpass, esa contribución ayudará a las naciones a enfrentar retos como el cambio climático, la desigualdad de género, las situaciones precarias, los conflictos y la violencia en las regiones de Sahel, del lago Chad y del Cuerno de África.

Fundada en 1960, la AIF dependió durante un largo tiempo de las aportaciones de los países ricos, pero este fondo emitió en 2017 bonos a los inversores con el fin de complementar su fuente de financiación.

El importante fondo del BM cuenta con la contribución de 52 naciones y de varios mercados financieros. Actualmente, unos 74 países se benefician de dicho capital, la mayoría de los cuales son africanos, con 53 mil millones de dólares distribuidos.

La pobreza se ha visto reducida en gran medida por esta vía. El informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ONU) para 2019 muestra que la tasa mundial de las personas en extrema pobreza (ingresos inferiores a 1,9 dólares por día), disminuyó drásticamente, del 35,9 por ciento en 1990 al 9,9 por ciento en 2015.

Durante los últimos 25 años, más de mil millones personas superaron la extrema pobreza, la mayoría de las cuales son de los países de Asia oriental, donde la tasa de pobreza disminuyó del 52 por ciento en 1990 a menos de uno por ciento en 2015. Asimismo, la región de Asia del Sur logró una considerable reducción de la miseria crítica.

Sin embargo, eso es solo el lado positivo del asunto, pues el futuro aún parece tenebroso. Según numerosos pronósticos, hacia el 2030 la tasa de pobreza crítica en el mundo solo descenderá al 6 por ciento si los esfuerzos actuales se mantienen en el mismo nivel.

Hoy en día, hasta 413 millones de las 736 millones personas bajo condiciones de extrema pobreza viven al sur del desierto del Sahara, un número que tiende a aumentar. Ante la desaceleración del ritmo de la reducción de la pobreza, la ONU advierte que si los países no elaboraran ajustes significativos en las políticas, la tasa de pobreza profunda en la región del Sahara alcanzaría los dos dígitos en 2030.

Es decir, la aspiración de un mundo sin pobreza es aún inalcanzable, cuando la cantidad de personas sin suficientes alimentos creció de 811 millones en 2017 a 821 millones en 2018. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé que el mundo no podrá lograr el objetivo de eliminar la pobreza en 2030.

Esto se considera una mala tendencia, ya que al no garantizar la seguridad alimentaria, el mundo no podrá lograr la paz y la sostenibilidad.

Según los economistas, el comercio es aún un importante campo para propiciar la salida de la pobreza de numerosos países, a condición de que los formuladores de políticas aumenten la participación de las economías en la cadena de valor global.

Gracias a la ventaja de poder unirse a ese esquema aún sin poseer tecnologías avanzadas o una alta eficiencia en la producción, las naciones subdesarrolladas están llamadas a encontrar posibilidades que les permitan aumentar la producción e impulsar el desarrollo económico.

Para explotar la cadena de valor global, el BM insta a los países a hacer reformas. Los economistas han presentado muchas recomendaciones con el fin de revertir la tendencia al aumento de la pobreza, uno de los objetivos más importantes de desarrollo sostenible establecidos por la ONU.

No obstante, se advierte que el mundo se desviaría de su objetivo de eliminar la pobreza si las naciones no toman medidas drásticas. O sea, resultará una consecuencia de ‘buen préstamo, pesada deuda’ si no manejan bien el capital.

El compromiso de los países ricos solo se implementará de manera efectiva al existir una buena coordinación entre los inversores y las naciones receptoras.