Para mantener los negocios a flote

Periodista: Ciudad Ho Chi Minh y 18 urbes y provincias en el sur han pasado un tiempo bastante largo bajo estrictas medidas de distanciamiento social, pero la pandemia de Covid-19 sigue evolucionando de manera muy complicada. ¿Cuáles son las lecciones que debemos sacar de la labor de prevención y lucha antipandémica?

Dr. Nguyen Duc Kien: Con respecto a los tres brotes anteriores, la contagiosidad de la variante Delta en este cuarto es mucho mayor y más peligrosa. Además, la gente de las provincias sureñas, por su idiosincrasia, ahorra muy poco para imprevistos. Quienes no practican la agricultura no tienen con qué protegerse en caso de emergencia.

También debe admitirse francamente que en los últimos tiempos hubo un desconcierto en la coordinación de sectores y autoridades locales para ejecutar las medidas antipandémicas. Esto perjudicó de modo significativo la efectividad de las políticas sociales y de apoyo empresarial que intentaba implementar el Gobierno.

No podemos prever por completo las dificultades que sufriría la gente cuando la prolongación del régimen de distanciamiento social aún le obliga a quedarse en casa, sin ir al trabajo. La situación es particularmente desfavorable en el sur, sobre todo en Ciudad Ho Chi Minh, con una alta tasa de trabajadores migratorios que viven separados de su familia. Al quedarse sin ingresos, de inmediato quedan en la indigencia.

El Gobierno emitió directrices muy oportunas en torno a la seguridad social. A saber, promulgó la Resolución número 86/NQ-CP, en que aborda propuestas urgentes de prevención y control del Covid-19, y el Telegrama 1680/CĐ-TTg, referente a la intensificación de las medidas destinadas a similar propósito.

Queda claro en esos documentos el espíritu de descentralización, es decir, permitir a las municipalidades usar todos los recursos disponibles, incluido el presupuesto local, para proveer de manera gratuita artículos de primera necesidad a los habitantes necesitados, garantizando que nadie sufre escasez. La cuestión es cómo materializarlo rápido, ya que muchos de los que eran capaces de superar la fase previa de distanciamiento ya cayeron esta vez en la penuria.

Damos por sentado que la lucha contra el Covid-19 puede prolongarse, por lo que habrá vaivenes socioeconómicos. Muchos trabajadores que queda desempleados regresan a sus pueblos. En realidad, numerosas localidades han planificado traer a esas personas de regreso.

En semejante contexto, la aspiración de regresar al pueblo es entendible. Sin embargo, si no se cumple estrictamente el distanciamiento social con el lema “quedarse donde está”, la prevención y el control de la pandemia serán más complicados.

Algunas localidades permiten el regreso de sus trabajadores migratorios de las zonas afectadas por el Covid-19. Esto ha ejercido presión sobre las autoridades en las localidades afectadas por la pandemia y dificultado el cumplimiento de las instrucciones del Gobierno sobre la prevención de la enfermedad.

Supongo que, en medio de la evolución complicada de la pandemia, las provincias deben destinar una asistencia financiera a sus pobladores para que tengan medio de vida en el lugar donde están, en vez de permitirles regresar. El donativo puede ser modesto, pero garantiza las necesidades básicas hasta el 15 de septiembre. Creo que si mejora la conexión entre las autoridades locales habrá formas más adecuadas de apoyar a las personas afectadas durante este tiempo.

Por ejemplo, la central provincia de Quang Binh ofreció una asistencia financiera de un millón de dongs vietnamitas a sus trabajadores migrantes en Ciudad Ho Chi Minh, a través de la Asociación de compatriotas. La provincia norteña de Vinh Phuc entregó de 10 a 20 kilogramos de arroz y un millón de dongs vietnamitas a sus naturales que residen en las ciudades y provincias donde se aplica la Directiva 16 sobre el distanciamiento social estricto.

Además, las autoridades de las zonas bajo distanciamiento social también han implementado numerosas medidas de apoyo. Por ejemplo, Ciudad Ho Chi Minh creó hospedajes de cero dong, redujo las tarifas de la electricidad y el agua, persuadió a los dueños de alojamiento a rebajar el precio de alquiler.

Al mismo tiempo, entregó más de un millón de paquetes de asistencia social, incluidos artículos de primera necesidad, a las personas con dificultades económicas por la pandemia. La responsabilidad de las autoridades locales donde hay residentes temporales es muy importante.

Pienso que, si las autoridades locales les brindan apoyo oportuno, las personas se quedarán dónde están hasta que termine el distanciamiento social.

En este momento, las provincias deben unir esfuerzo con Ciudad Ho Chi Minh y las provincias afectadas por la pandemia para garantizar la vida de la población.

El Gobierno también debe aceptar declive en la recaudación fiscal, o un déficit presupuestario y dedicar recursos a la seguridad y bienestar sociales, así como en apoyo a las empresas.

Mientras, las empresas deben fijarse su meta en retener su cuota de mercado y reducir las pérdidas, dejando al lado el objetivo de las ganancias. Es necesario determinar las dificultades y esperar a la oportunidad de recuperarse después de la pandemia. Eso contribuirá a mantener la estabilidad de la economía y la sociedad.

En el caso de los empleados, supongo que deben aceptar la reducción del salario o bonificación de fin del año y unir esfuerzos con las empresas para superar las dificultades.